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Aluminosis en fachadas: ¿Qué es y cómo detectarla?

La aluminosis es una patología que afecta a las estructuras de hormigón armado que se construyeron a partir de la década de 1970. Esta enfermedad se caracteriza por la degradación del cemento y la liberación de hidróxido de aluminio, lo que provoca una serie de problemas estructurales. En este post, te explicaremos qué es la aluminosis y cómo detectarla en las fachadas de los edificios.

¿Qué es la aluminosis?

La aluminosis es una enfermedad del hormigón armado que se produce cuando la reacción entre el cemento y el aluminio presente en el árido de la mezcla provoca la formación de hidróxido de aluminio. Esta reacción se conoce como reacción álcali-agregado y puede tener consecuencias muy graves para la estructura de los edificios afectados.

Los síntomas de la aluminosis son el desprendimiento de la capa superficial del hormigón. También puede ser la aparición de grietas y la disminución de la resistencia de la estructura. En casos graves, puede ser necesaria la demolición del edificio afectado.

¿Cómo detectar la aluminosis en las fachadas?

La detección de la aluminosis en las fachadas de los edificios es fundamental para prevenir su propagación y tomar las medidas necesarias para evitar problemas mayores. Algunas de las técnicas más utilizadas para detectar esta patología son las siguientes:

  • Inspección visual: La inspección visual es la técnica más sencilla y económica para detectar la aluminosis en las fachadas de los edificios. Consiste en una observación detallada de la superficie del hormigón en busca de síntomas como grietas, desprendimientos, manchas o zonas con un aspecto más poroso.
  • Ultrasonidos: Los ultrasonidos son una técnica muy eficaz para detectar la aluminosis en el hormigón. Consiste en enviar ondas sonoras a través del material para detectar las zonas más deterioradas. Esta técnica requiere de equipos específicos y personal cualificado para su realización.
  • Análisis químico: El análisis químico consiste en tomar muestras de la superficie del hormigón para analizar su composición química y detectar la presencia de hidróxido de aluminio. Esta técnica es muy precisa, pero requiere de la toma de muestras y su posterior análisis en un laboratorio especializado.
  • Termografía: La termografía es una técnica que permite detectar la presencia de zonas más frías en la superficie del hormigón, lo que indica una menor densidad y una posible presencia de aluminosis. Esta técnica es muy útil para detectar la patología en grandes superficies.

Seguimiento del problema estructural

Es importante realizar un seguimiento de su evolución y tomar las medidas necesarias para frenar su avance. Algunas de las medidas que se pueden adoptar son las siguientes:

  • Refuerzo estructural: En casos graves de aluminosis, puede ser necesario reforzar la estructura del edificio afectado mediante la colocación de vigas, columnas o mallas de refuerzo.
  • Tratamiento de la superficie: La aplicación de tratamientos de impermeabilización o de protección superficial puede ayudar a reducir la exposición del hormigón al agua y al aire. Con este tipo de medida se logrará frenar el avance de la aluminosis.
  • Reparación de las zonas afectadas: En caso de detectar zonas con aluminosis, es importante proceder a su reparación de forma inmediat. De este modo, se evitará evitar que la patología se propague a otras zonas del edificio.
  • Control y seguimiento: Es recomendable realizar inspecciones periódicas para controlar la evolución de la aluminosis y adoptar las medidas necesarias en función de su grado de avance.

La aluminosis es una patología que puede afectar gravemente a la estructura de los edificios construidos con hormigón armado. Es fundamental detectarla de forma precoz y adoptar las medidas necesarias para frenar su avance y evitar problemas mayores.

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